El Fichero-62: Digno de Dios
Desde lo más profundo de mi ser, saludaré a tu Corazón Inmaculado, el primero bajo el sol que fue encontrado digno de hospedar al Hijo de Dios, procedente del seno del Padre… ¡Oh Corazón santo y amantísimo, en el cual tuvo inicio la salvación del mundo y en donde la divinidad, que trayendo al mundo la paz, ha besado a la humanidad!… Toda alma te glorifique, Madre de dulzura, y toda lengua de las gentes piadosas exalte por los siglos eternos la bienaventuranza de tu Corazón, del cual brotó nuestra salvación.
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Egberto de Schönau (1120?-1184), «Homilía de la Natividad de María»: «Patrologia Latina», 95, 412-413