Porque la quiso Jesús
El Fichero, n.º 70
La verdadera devoción a la Madre de Dios no es otra cosa que una continuación de los sentimientos de amor, respeto, sumisión que su Hijo Jesús ha tenido para con Ella mientras estaba en este mundo. Adorad estos sentimientos en el Corazón divino de Jesús, y entregaos a Él para entrar allí. Porque, del modo como nos ha asociado con Él en su calidad de Hijo de María, así también tiene un gran deseo de hacernos participantes de los sentimientos y disposiciones que ha tenido en su Corazón para con tal Madre.
San Juan Eudes